13 de diciembre de 2016

Flo6x8 taconea el juanete a la Torre CaixalSol

El sin par colectivo flo6x8 vuelve a la carga, haciendo una de sus ya célebres percusiones a la casta y caspa banqueras. Y esta última se la ha merecido La Caixa, la dueña de la Torre (tira)Pelli(zcos), por su empeño en gasear Doñana. 

Y dónde mejor taconearle que en el pie de su ostentoso, pretencioso y estentóreo rascacielos. Esa enhiesta torre con la que no sólo nos robaron ya el cielo (¡al sieno con ella!...) sino que nos pretenden birlar hasta el mismísimo nombre de la ciudad.

¡Habrase visto!...

Flo 6x8 explica AQUÍ las razones de este pisajuanete. En dos palabras: la pretensión de la empresa Gas Natural Fenosa de usar el subsuelo de Doñana como un gigantesco almacén de gas; y resulta que, mira por dónde, La Caixa es la principal accionista de los gaseadores; así que a buscarla en ese su torreón "símbolo de la arrogancia financiera y fiasco urbanístico en esta ciudad" (Flo6x8 dixit). 
HERE you can read the reasons of this percussion against the banking caste, against the biggest zampabollos. (jajaja)


Letra:
Quien se meta con Doñana
Que con nosotras se ha de ver
Gas Natural es de La Caixa
De La Caixa este Babel

No te estires más pa arriba
Qué no te vas a escapar
Al cobijo de tu sombra
Crece lo que te ha de tumbar

La torre tiembla, la torre tiembla
Porque La Caixa vacía la tierra

No habrá mañana, no habrá mañana
Si sacan el gas que hay en Doñana

Empezó Colón, empezó Colón
Colonizaos acabamos tos

21 de junio de 2014

La Torre Cajasol, un gran dislate urbano

Publicado previamente en:*
http://eltopo.org/la-torre-cajasol-un-gran-dislate-urbano/

Estos años atrás se han promovido en Sevilla varias actuaciones urbanísticas de las llamadas «emblemáticas». De esas que, al margen de su beneficio social «tangible», su coste y sus implicaciones, dicen buscarse por su imagen epatante, capaz de convertirse en icono que proyecte de la ciudad una imagen de progreso y modernidad, atrayendo inversiones y visitantes. La clásica muletilla-vaselina de la creación de puestos de trabajo también va en el «kit comunicativo».

«Las setas» de la Encarnación, la biblioteca del Prado y la Torre Cajasol (o Pelli) son ejemplos de ello. Y buena parte de lo que expondremos puede ser de aplicación, con matices, a estas tres (y otras muchas) operaciones «emblemáticas». Pero aquí nos centraremos en el rascacielos que están alzando en la isla de la Cartuja y a la operación urbanística donde este se incluye.

Y es que hay sobradas razones para oponerse a este complejo de oficinas, comercial y de ocio llamado Puerto Triana, con su rascacielos-estandarte de casi 180 m de altura. Una labor en la que se ha esforzado la Plataforma Ciudadana Contra la Torre Cajasol ¡Túmbala!, nacida en 2009, que aglutina una veintena de entidades sociales: patrimonialistas, ecologistas, universitarias, vecinales… Y que se ha basado en argumentos como los que apuntamos a continuación. 



Cuestión patrimonial


En relación con la cuestión patrimonial, ¡Túmbala! ha estado en total sintonía con el informe que en noviembre de 2008 emitió Icomos —la entidad que asesora a la Unesco (ONU) en materia de patrimonio cultural— donde señalaba con rotundidad que esta torre amenaza los valores paisajísticos del área donde se hallan los edificios sevillanos declarados Patrimonio Mundial: Catedral, Archivo de Indias y Alcázares. El informe pedía que el proyecto se reformulara y recomendaba a la Unesco la inclusión de esos bienes en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

Las peticiones de la Unesco de que el proyecto se parara y reconsiderara, así como la posibilidad de que Sevilla entrara en tan deshonrosa lista, se dieron durante cuatro años. Mientras, la torre seguía alzándose. Finalmente, en junio de 2012, dicha institución terminó «claudicando», al dejar ya de pedir la paralización y descartar incluirnos en esa «lista negra». No sin antes volver a señalar la inadecuación de tamaña torre en ese enclave y censurar la falta de consultas y debates, así como la política de hechos consumados perpetrada por promotores y administradores.

11 de marzo de 2014

Zoido y Monteseirín reciben su primer “premio” conjunto...

COMUNICADO DE PRENSA
Sevilla, 10 de marzo de 2014
Y es por la “encomiable” labor de ambos en la erección de la Torre Pelli 

La prestigiosa entidad de defensa patrimonial SOS Monuments ha reconocido, pero por negativo, el papel de los dos últimos alcaldes de Sevilla en pro de la construcción de este rascacielos. Un edificio con un tremendo impacto sobre el paisaje de la zona más “sensible” de la ciudad. Así lo recoge el acta de su asamblea anual:
"Admiracions destruïdes 2013” a la Torre Pelli de Sevilla promovida por Cajasol, por la desfiguración y confusión de las vistas del horizonte al competir con la Giralda, obra del arquitecto César Pelli y a Alfredo Sánchez Monteseirín y Juan Ignacio Zoido (anterior y actual alcaldes de Sevilla). 

A Monteseirín se le ha comunicado su premio por correo electrónico. Mientras que con el actual alcalde la intención de SOS Monuments era entregárselo en mano; y pedirle que le hiciera llegar copia a su colega, ahora en paradero desconocido. Pero Zoido no ha contestado las solicitudes formuladas a tal fin. Así que se lo mandarán mañana vía Registro General del Ayuntamiento.

Una verdadera lástima. Porque el alcalde podría haber aprovechado para explicar públicamente, por fin, cómo es que, no más hacerse con la alcaldía, se desdijo de todo lo proclamado en relación con este rascacielos mientras que aún estaba en la oposición.

Y el premio es compartido porque, aunque el papel de uno y otro alcalde no ha sido el mismo, ciertamente, sin el concurso de ambos no hubiera sido posible la ejecución de tamaño dislate patrimonial, urbanístico, de movilidad,... y ético, tanto institucional como personal. Como indica la presidenta de SOS Monuments, María Cruz Santos, en la carta de presentación de estos “antigalardones”, los dos mandatarios comparten la responsabilidad de haber concedido los permisos y aprobado los proyectos que han acabado con tan mal resultado. Podría decirse que Monteseirín fue el “ideólogo” e impulsor y Zoido el “cómplice necesario”.